"El maravilloso Misterio de la Fe"
Mi nombre es Lucía de la Fuente, tengo 25 años
y soy de Madrid.
Cuando tenía 19 años se fue una de las personas más
importantes de mi vida, mi madre, puedo decir que me he criado en el seno
de una familia cristiana, cuando sucedió esto, no lo podía creer, era un
mal sueño del que me quería despertar, un día crees que lo tienes todo y
al otro, sientes que ya no tienes nada. Mis padres siempre estuvieron
adentrados en diferentes movimientos, así como en su parroquia, por lo que
mis hermanas y yo, desde pequeñas, pudimos experimentar la fe católica y
como es vivir una vida cristiana en familia.
Pero, un día todo se desmorona, y es cuando empieza
el verdadero sufrimiento, en el momento que sucedió, tenía dos opciones,
alejarme de Dios o seguir a su lado con resignación, y es que, yo quise
alejarme, prometo que era lo único que quería, le gritaba la gran injusticia
que había hecho conmigo y con mis hermanas, yo le decía: Como nos puedes dejar
desamparadas si te hemos dado nuestra vida entera, y quise tener mucho odio en
mi corazón, hacia Él y hacia todo lo que conformaba mi fe y mi vida en
comunidad. El gran misterio, que a día de hoy no he conseguido resolver, ha
sido, que cuanto más quería alejarme de Él, cuanto más odio buscaba en mi
corazón, más me lo llenaba de esperanza y amor, no lo podía controlar, casi
parece que fue un milagro, pero este pensamiento y estar cerca de Él, me salvó
la vida.
Y digo que Él me salvó la vida, porque gracias a la
fortaleza que me dio, pude descubrir cuál era la gran vocación de mi vida, la
Psicología. Yo quería ser esa persona que necesité durante un año entero de
duelo, y que, por desgracia, no tuve, por lo que, a lo largo de mis años en la
carrera, he ido descubriendo que la religión está muy ligada a la psicología, y
me siento afortunada de poder unir dos de los pilares más importantes que tiene
mi vida.
Los primeros años después de su pérdida fueron
complicados, porque a pesar, de que no hubo ningún día en el que dejara de
rezar, sí dejé de ir a misa, me convertí en una persona crítica, Él era el
motor de mi vida, pero a mi manera, ya que empecé a vivir la fe de una
manera fría y distante, por lo que estuve unos años alejada.
Pero, de repente, Dios me volvió a sorprender, hizo
que llegase Gonzalo a mi vida, él es mi novio, y gracias a él puedo
decir que volví a sentir la necesidad de acercarme a él, porque todos sabemos
que Dios nos pone cerca a personas para demostrarnos su amor, y estoy segura
que el apareció por ese motivo. Desde el momento que nos conocimos, supimos que
en la relación ya no seríamos dos, sino tres, porque Dios siempre estaría en
medio de nosotros, decidimos también llevar un noviazgo cristiano, mentiría si
dijese que todo ha sido fácil, no lo es, nos ha generado mucho sufrimiento,
pero sabemos que Él nos da la fortaleza para superarlo cada día. Nuestro noviazgo lo hemos rezado siempre, y nuestra frase estrella siempre ha sido: “Que sea lo que tú quieras siempre, pero, si tienes en cuenta mi opinión que sea junto a él”, supongo que esto
nos da la fuerza para seguir, porque las relaciones nunca son fáciles, y por supuesto
que hemos tenido nuestros altibajos a lo largo del noviazgo, y desde luego,
los seguiremos teniendo, pero cuando tienes a Dios tan cerca, te da el gran
privilegio de ser más honesto, de ser paciente, de no rendirte ante las
dificultades que puedan surgir en la pareja, porque para eso está el noviazgo,
para ponernos a prueba ante él y ver si estaremos preparados para el siguiente
paso.
Por último, de las cosas que más me
ayudan a vivir mi fe cristiana, es mi comunidad, mi movimiento, tuve la
suerte de tener mi encuentro con Dios en un cursillo de cristiandad, donde
descubrí, que todo el sufrimiento que había pasado, había tenido sentido,
porque ahora sí que estaba junto a él. Gracias también a mi reunión de
grupo de cada semana, en este cursillo, encontré a mis hermanas del alma,
quienes cada semana me ayudan a formarme, a ser perseverante en mi oración
y a intentar ser buena persona cada día, desde luego, vivir la vida
cristiana a mí me salvó la vida, porque ya sabemos que
cuando Dios cierra una puerta abre una pequeña venta, y a mí me
dio esta vida en la que cada día puedo ver a Dios reflejado en estas
personas, y me siento muy afortunada por ello.
Porque si algo tengo claro, es que la
vida no es justa, y que Dios no nos libra del sufrimiento, pero nos da el
maravilloso misterio de la fe, que nos aporta las herramientas para poder
sobreponernos ante las adversidades que nos puedan suceder, porque solo
Dios tiene claro cuáles son nuestros planes, y lo único que nos queda es
afrontarlos con valentía, y vivir el camino al que llamamos vida.
1-Escribe La frase que más te llama la atención.
2-Explica que quiere decir a tu entender la frase seleccionada.
3- Dios existe ¿Por qué entonces el hombre tiene qué sufrir ?
RETO :
Elabora una frase que te sugiere esta historia.
CRITERIOS DE PRESENTACIÓN DEL RETO :
1-Buena ortografía y caligrafía.
2-Puntualidad en la presentación.
3-Elaboración del reto.
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